jueves, 21 de abril de 2011

FRAGMENTO DE UNA CARTA DE ROSA LUXEMBURGdirigida a Sonia Liebknecht a mediados de diciembre de 1917 desde la cárcel de mujeres de Breslavia (de una nota de Roberto Cabrera):

"Llegan con frecuencia carros militares llenos de sacos o de chaquetas o camisas viejas de soldados, a menudo con manchas de sangre. Allí se descargan, se distribuyen por las celdas, se zurcen, se vuelven a cargar y se entregan al ejército. El otro día llegó uno de esos carros, tirado, no por caballos, sino por búfalos (...). Proceden de Rumanía, son trofeos de guerra (...) Hace unos días llegó, pues, un carro con sacos, la carga estaba apilada hasta tal altura que los búfalos no eran capaces de franquear el umbral de la entrada. El soldado que los acompañaba, un tipo brutal, empezó a golpear a los animales con tal fuerza con el extremo opuesto del mango del látigo que ¡la vigilante lo reprendió indignada preguntándole si no sentía compasión por los animales! "Tampoco tiene nadie compasión con nosotros los seres humanos", respondió él con una sonrisa maligna y golpeó con más ímpetu... Los animales tiraron finalmente y superaron la montaña, pero uno de ellos sangraba... Son proverbiales el grosor y la resistencia de la piel del búfalo, y la piel estaba desgarrada. Durante la descarga, los animales permanecieron muy quietos, agotados, y uno, el que sangraba, miraba al vacío con una expresión de niño lloroso en el rostro negro y en los ojos negros. Era realmente la expresión de un niño que ha sido castigado severamente y no sabe ni por qué ni para qué ni cómo escapar al tormento de la violencia bruta... Yo estaba delante y el animal me miraba, me saltaron las lágrimas; eran sus lágrimas, no se puede temblar con más dolor por el queridísimo hermano que yo entonces en mi impotencia al ver ese silencioso sufrimiento. ¡Cuán lejanos, cuán inalcanzables, perdidos los libres, verdes y jugosos pastos de Rumanía! ¡Qué diferente cómo brillaba allí el sol y soplaba el viento, qué diferente el bello canto de los pájaros o la llamada melodiosa de los pastores! Y aquí, esta ciudad extraña y sucia, el sombrío establo, el heno repugnante y mohoso mezclado con paja podrida, los hombres extraños y terribles y... los golpes, la sangre que mana de la herida recién hecha... Oh, mi pobre búfalo, mi pobre querido hermano, aquí estamos los dos tan impotentes y aturdidos, unos en el dolor, en la impotencia, en la nostalgia. Mientras, los prisioneros se amontonaban y se afanaban en torno al vehículo, descargaban los pesados sacos y los transportaban al edificio; el soldado, empero, metía las manos en los bolsillos, se paseaba con grandes pasos por el patio, sonreía y silbaba una canción popular. Y toda la magnífica guerra pasó junto a mí..."

La carta entera así como un debate en torno a ella se encuentra en el magnífico libro "La antorcha" de Karl Kraus publicado por la editorial Acantilado, 2011.

lunes, 11 de abril de 2011

LA COMERCIAL CABALGA DE NUEVO. Los Poemas americanos reunen siete temas acústicos que verán la luz con un cuaderno poético con lo mejor de Dylan y otros autores americanos


Roberto Cabrera, músico y escritor; Olga Luis, poeta y saxofonista; así como José Juan López, batería y César Mesa Noda, bajista, recuerdan la importancia de las letras y la música del cantante Robert Zimmerman (Bob Dylan) en el desarrollo de la música popular en las islas y en todo el mundo. Así testimonian la creación por aquel entonces de un gran movimiento donde entre otros Roberto Cabrera fundaría grupos como Amén o posteriormente Contraste Psicomotor, y donde las canciones de Dylan constituyeron un recurso funcionalmente destacado, a veces traducidas como en el caso de la trágica balada de Hollis Brown–aquel granjero de la depresión que acabó con su vida y su numerosa familia para no pasar más hambre y miseria en la América profunda– y otras que no era necesario verter al castellano y que levantaban y ponían en pie al público. Temas como It’s a hard rain a gonna fall o Desolation Row que vaticinaban los grandes cambios políticos y el desencanto también.
Ahora los músicos de La Comercial –nombre heredado de los isleños emigrantes en el pasado de Cuba y Canarias– presentan Dylan Blues, como anteriormente lo hicieran con Blues & Rumba o asimismo con Historias de Bandoleros con el sello El Vigia ¡En Vivo! y en la Plaquette País Nuevo de la poeta Dulce Díaz Marrero en la editorial Baile del Sol. La Comercial Dylan Blues es una iniciativa producida por gato gótico asociación cultural que cuenta además con el sexteto de jazz & world music Gato Gótico y que promueve, investiga y divulga la música de raíz en todo el Archipiélago Canario a través de conciertos y ediciones desde El Vigía editora y que viene realizando en Canarias una actividad ininterrumpida y sin precedentes.



Ficha técnica:1. All along the watchtower
Bob Dylan
2. Down along the cove
Bob Dylan
3. Little red rooster
Willie Dixon
4. No expectation
Jaegger& Richard
5. Oxford town
Bob Dylan
6. Rolling’ and tumblin’
Bob Dylan
7. Soldier in our town
Iron Butterfly

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¡Escúchalo! 8. Don’t think twice it's all right
Bob Dylan
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9. Tobacco Road
J. Loudermilk
10. Reconsider Baby
Lowell Fulson
11. I pity the poor inmigrant
Bob Dylan
12. Dear doctor
Jaegger & Richard
Músicos:
Roberto Cabrera: voz, armónica, y guitarra – Olga Luis: saxo alto – José Juan López: batería – César Mesa: bajo.
Con: Ruskin Herman: mandolina/guitarra 2,4,7,8,10 y 12 – Achosman Araya: guitarra 1,3,4,5,6,9 y 11.
Para comprar el CD:
El Vigía Editora
Tel.:922 223 341
gatogotico@terra.es





domingo, 10 de abril de 2011

DÉCIMA SÉPTIMA NECEDAD

Para el innombrable gato de Chester
Nunca como hoy llegan los buitres a la casa de las hadas.  Nunca como hoy las hojas tiernas caen sin ser otoño antes de esparcir su aroma.  Las casas cierran las puertas y los ojos rehuyen las miradas.  Todos callan para abrir paso a la daga de la rapiña que desangra la carne joven de este país desmaravillado en el que no caben ya las Alicias ni los sueños.  La mano de esta partida se juega desde la copa de un árbol donde brilla la cínica sonrisa de un gato traidor que se afila las uñas detrás del mostrador en que despacha discursos al dos por uno. Los peones son lanzados fuera del tablero por un rey sin corona que juega a la guerra cortando vidas como cortar limones para un jaibol. Nunca el rojo había sido tan rojo.  Nunca las heridas tan profundas.  Nunca los niños sin brazos, sin sueños, sin cabeza… olvidados en la fosa común donde soslayados esperan los daños colaterales su turno para hablar. Nunca los libros me miraron con tal desamparo.  Nunca la sangre, ni los arañazos, ni los platos rotos después de la opípara cena… Hay tanta nítida extrañeza escondida en la madriguera de las narices frías… Hay tantas lágrimas en los bolsillos rotos de las madreselvas… Hay tanta noche persiguiendo al día que pareciera que nunca, como hoy, la risa está tan lejos de estas veredas ayer maravilladoras de dientes mazorca lustrados al sol… Nunca como hoy las hormigas perecen bajo la mano del gigante… Nunca la luz había desnudado tanta oscuridad… Nunca como hoy esta triste cara de triste tigre que tragaba trigo sentadito en el trigal… No más trigal… no más trigo… no más tigre… sólo la triste cara de una niña ya sin tierra que parada a la orilla del desencanto a las sombras mira pasar… Los rojos zapatos se preguntan uno a otro a dónde irán…
Angélica Santa Olaya D. R. ©
México, D. F

jueves, 7 de abril de 2011

Suenan hojas de pez y de pardela,
palabras de la piel y de los ojos.
Si son del mar / la tierra de los sueños,
si besan sol / abrazos en la roca.
Lluvia en las montañas de la luna,
voces en las pestañas de los bosques.


vuelan ojos de gaviota
bejeques dentro de los sueños

voy a leerte junto al mar
para que florezcan las gotas del océano

azul la luz y el viento



Cuando se acaben las palabras
mira el mar, las nubes, las estrellas;
como un sueño nace tiempo
y otras vidas a la vez.

       A Angélica Santa Olaya

Domingo Acosta Felipe  ©