domingo, 10 de abril de 2011

DÉCIMA SÉPTIMA NECEDAD

Para el innombrable gato de Chester
Nunca como hoy llegan los buitres a la casa de las hadas.  Nunca como hoy las hojas tiernas caen sin ser otoño antes de esparcir su aroma.  Las casas cierran las puertas y los ojos rehuyen las miradas.  Todos callan para abrir paso a la daga de la rapiña que desangra la carne joven de este país desmaravillado en el que no caben ya las Alicias ni los sueños.  La mano de esta partida se juega desde la copa de un árbol donde brilla la cínica sonrisa de un gato traidor que se afila las uñas detrás del mostrador en que despacha discursos al dos por uno. Los peones son lanzados fuera del tablero por un rey sin corona que juega a la guerra cortando vidas como cortar limones para un jaibol. Nunca el rojo había sido tan rojo.  Nunca las heridas tan profundas.  Nunca los niños sin brazos, sin sueños, sin cabeza… olvidados en la fosa común donde soslayados esperan los daños colaterales su turno para hablar. Nunca los libros me miraron con tal desamparo.  Nunca la sangre, ni los arañazos, ni los platos rotos después de la opípara cena… Hay tanta nítida extrañeza escondida en la madriguera de las narices frías… Hay tantas lágrimas en los bolsillos rotos de las madreselvas… Hay tanta noche persiguiendo al día que pareciera que nunca, como hoy, la risa está tan lejos de estas veredas ayer maravilladoras de dientes mazorca lustrados al sol… Nunca como hoy las hormigas perecen bajo la mano del gigante… Nunca la luz había desnudado tanta oscuridad… Nunca como hoy esta triste cara de triste tigre que tragaba trigo sentadito en el trigal… No más trigal… no más trigo… no más tigre… sólo la triste cara de una niña ya sin tierra que parada a la orilla del desencanto a las sombras mira pasar… Los rojos zapatos se preguntan uno a otro a dónde irán…
Angélica Santa Olaya D. R. ©
México, D. F

2 comentarios:

LABERINTO ALADO dijo...

Gracias Tirimasil... Gracias por difundir las necedades de Alicia... Ella te lo agradece...

Angélica

Tirimasil dijo...

Gracias, Alicia, por escribirlo, por el compromiso, por la belleza... Para Tirimasil es un placer y un honor muy grande ayudar a que se difunda su palabra... gracias por visitar su humilde playa...

Domingo